“Vive la Fiesta de Santo Domingo de Silos el 20 de diciembre y combínala con una visita enoturística a la bodega Monteabellón en Nava de Roa : tradición, monasterio y vinos de Ribera del Duero en una escapada única”.
La Fiesta de Santo Domingo de Silos, el 20 de diciembre, es una celebración profundamente arraigada en la tradición que honra al abad benedictino, mientras que la visita a la bodega Monteabellón en Nava de Roa permite completar la experiencia con enoturismo de calidad en plena Ribera del Duero.

Fiesta de Santo Domingo de Silos devoción en pleno Diciembre
El 20 de diciembre se celebra la festividad de Santo Domingo de Silos, abad benedictino de origen riojano, muy vinculado históricamente al célebre monasterio de Santo Domingo de Silos y a la espiritualidad de la Orden de San Benito. En torno a esta fecha, la villa vive una jornada marcada por la devoción, las celebraciones litúrgicas y un ambiente invernal que invita a disfrutar del patrimonio románico, el silencio monástico y el canto gregoriano de los monjes.
La figura de Santo Domingo de Silos es recordada como la de un abad “sin miedo”, firme defensor de la fe y reformador de la vida monástica, lo que hace que el 20 de diciembre se haya consolidado en el calendario como un día de referencia para peregrinos, visitantes y amantes de la historia medieval. Para el viajero de experiencias, es una ocasión perfecta para combinar cultura, espiritualidad y turismo rural en un entorno recogido y auténtico.
Tradición, monasterio y ambiente de invierno
Durante la festividad del 20 de diciembre, el protagonismo recae en el monasterio de Santo Domingo de Silos, uno de los grandes iconos del románico español, célebre por su claustro, sus capiteles esculpidos y la liturgia cantada de los monjes. La visita a la iglesia y al claustro se convierte en una experiencia sensorial distinta en invierno: el frío exterior contrasta con la calma de las galerías, la piedra milenaria y el eco de los cantos gregorianos.
El ambiente del pueblo se tiñe de espiritualidad y recogimiento, con fieles que se acercan a participar en las celebraciones y con viajeros atraídos por la mezcla de arte, historia y paisaje castellano. La fecha cercana a la Navidad añade un componente emocional especial, ya que muchos visitantes aprovechan para inaugurar sus escapadas invernales combinando esta jornada con rutas por la Ribera del Duero.
De Silos a la Ribera del Duero La conexión perfecta
La localización de Santo Domingo de Silos, muy próxima a la zona burgalesa de la Ribera del Duero, hace que sea sencillo articular una escapada que combine la fiesta del 20 de diciembre con una jornada enológica en pueblos vitivinícolas como Nava de Roa. Tras vivir el ambiente del monasterio y disfrutar del patrimonio, el viajero puede desplazarse hacia el sur de Burgos y entrar en el paisaje de viñedos invernales, donde el viñedo desnudo ofrece una estampa sobria, pero muy fotogénica.
Esta combinación permite diseñar una experiencia de día completo o de fin de semana: primera parte cultural y espiritual en Silos y segunda parte enoturística en la Ribera del Duero, con visitas a bodegas, catas y gastronomía local basada en asados, embutidos y productos de kilómetro cero. Para un blog de experiencias, se trata de un hilo narrativo muy potente: del silencio del claustro al aroma del vino en barrica en una misma escapada.
Bodega Monteabellón en Nava de Roa: enoturismo todo el año
Monteabellón, ubicada en Nava de Roa, es una bodega rodeada de viñedos en plena Ribera del Duero que se ha consolidado como un referente enoturístico gracias a sus visitas guiadas y a la calidad de sus vinos. Sus propuestas incluyen un recorrido por las viñas para conocer las variedades de uva que se cultivan en la zona y una explicación detallada de las fases de elaboración, desde la vendimia hasta la crianza en barrica.
Durante la visita, el viajero descubre cómo el saber hacer se ha transmitido de generación en generación, combinando tradición vitícola y técnicas modernas para obtener vinos estructurados, aromáticos y con gran personalidad. La experiencia suele culminar con una cata de cuatro vinos de la bodega, maridados con productos locales, y con un detalle muy apreciado: la entrega de una copa personalizada como recuerdo de la visita.

Una experiencia sensorial: cata, paisaje y producto local
La visita a Monteabellón tiene una dimensión muy sensorial: vista, olfato y gusto trabajan a la vez entre viñedos, depósitos y barricas. En muchas ocasiones, parte de la cata se realiza al aire libre, en los propios viñedos, con una primera degustación de vinos blanco o rosado que permite apreciar el entorno y el origen del producto mientras se observan las cepas y el paisaje de la Ribera.
En la zona de crianza, el visitante descubre los aromas a madera, tostados y especias que se integran en los vinos durante su reposo, aprendiendo a identificar matices y a comprender por qué la Ribera del Duero se ha convertido en una denominación de origen de referencia. Las opiniones de enoturistas destacan la calidad de las explicaciones, la cercanía del equipo y la buena relación calidad-precio de la experiencia, un punto clave para recomendarla en un blog de turismo de experiencias.
Itinerario sugerido: del 20 de diciembre al fin de semana de vino
Un plan ideal para diciembre podría arrancar el mismo 20 de diciembre con la participación en la fiesta de Santo Domingo de Silos, reservando la mañana para visitar el monasterio, asistir a alguna celebración y pasear por el casco histórico. Después de comer en la zona, se puede poner rumbo hacia Nava de Roa y alojarse en algún establecimiento rural próximo a la bodega Monteabellón o en otros pueblos de la Ribera del Duero.
Al día siguiente, la visita guiada a la bodega aporta el contrapunto perfecto: explicación del viñedo, recorrido por las instalaciones, cata de cuatro vinos y degustación de productos locales en un ambiente relajado y cercano. A partir de ahí, el viajero puede ampliar la experiencia con otras bodegas cercanas, un paseo entre viñedos o una comida basada en lechazo asado y vinos de la zona para cerrar una escapada redonda.